domingo, 28 de febrero de 2010

En solidaridad

Me sentí movilizada a transcribir este texto, ante la interpelación de los diferentes acontecimientos mundiales, situaciones de gente querida que me ha tocado acompañar y algunas personales.
Moni


 


¿Cuándo recibimos verdadero alivio y consuelo?¿Acaso cuando alguien nos enseña cómo hemos pensar o actuar?¿Acaso cuando alguien nos aconseja acerca de hacia dónde hemos de ir o lo que debemos hacer?¿O tal vez cuando escuchamos palabras tranquilizadoras?. Quizá sí, al menos en ocasiones. Pero lo que verdaderamente cuenta es que alguien permanezca con nosotros en momentos de dolor y de sufrimiento. Más importante que todas las palabras y que todos los consejos es la simple presencia de alguien que se preocupa. Cuando, en medio de una crisis, alguien nos dice: "No sé qué decir ni qué hacer, pero quiero que sepas que estoy contigo y que no he dejarte solo", entonces tenemos un amigo de quien podemos obtener alivio y consuelo. En una época como la nuestra, en la que tanto abundan los métodos y las técnicas para modificar a las personas, para influir en su conducta y para obligarlas a hacer nuevas cosas y tener nuevos conceptos, hemos perdido el simple, y a la vez díficil, don de estar presentes los unos a los otros. Y hemos perdido este don porque se nos ha hecho creer que la presencia ha de ser útil.
(...)
El limitarse a estar sencillamente con alquien, es díficil, porque nos exige compartir la vulnerabilidad del otro, entrar con el otro en su experiencia de debilidad e impotencia, hacerse parte de su propia incertidumbre y renunciar a todo control y a toda autodeterminación.


Mc Neill, Donald; Morrison, Douglas; Nouwen, Henri; COMPASION, Sal Terrae, España, 1982

2 comentarios:

  1. Estar... Simplemente estar ahi... para acompañar y sentir la presencia de un ser que te acompaña.

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  2. Qué importante, saber que hay alguien. Besos Mari

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