domingo, 20 de octubre de 2013

Entre lágrimas y euforia







Este loco juego de vivir,
Esta nueva aventura de sentir
Te has ido en el medio de mi historia
Entre lagrimas y euforia
Pienso en ti
Aun no he terminado de entender,
Aun no he terminado de crecer
Vida y muerte solo dos palabras,
cual es buena y cual es mala para mi


Solo queda el silencio de tu sombra
Y el eco de mis gritos que te nombra
Intento retenerte en mis recuerdos
Estas demasiado lejos y pienso en ti
Pienso en ti

Solo queda el silencio de tu sombra
Y el eco de mis gritos que te nombra
Intento retenerte en mis recuerdos
Estas demasiado lejos y pienso en ti
Pienso en ti

Aun no he terminado de entender,
Aun no he terminado de crecer
Te has ido en el medio de mi historia

Entre lagrimas y Euforia
Pienso en ti

Alejandro Lerner

LA COTIDIANEIDAD DE LA RELACION DE PAREJA, "SI, POR FAVOR Y GRACIAS"




Me refiero ahora a la cotidianeidad de la relación de pareja. ¿Cómo empieza el nuevo día una relación de pareja? El hombre mira a  la mujer y la mujer mira al hombre y sus caras empiezan a relucir. Se complacen mutuamente. ¿No es este un bonito comienzo del nuevo día en una relación de pareja? O sea: el amor reluce y se muestra al relucir. La más hermosa expresión del amor es cuando uno se complace con el otro. Así comienza pues el día en una relación de pareja. Con mirarse mutuamente y complacerse en el otro tal como es. Esto es la felicidad, la complacencia mutua y hacer algo impulsado por este placer: dar y tomar. Entonces el día no puede ser lo bastante largo para ellos porque siempre fluye de un lado a otro entre ellos algo nuevo. Esto es crecer.
Tras decenios de observación y experiencia, lo esencial que compone la felicidad se ha reducido, para mí, a tres palabras. En estas tres palabras, si se sienten y dicen en el momento oportuno, reside el secreto de la felicidad en una relación de pareja.
SI   
He insinuado la primera palabra con el comienzo del día en una relación de pareja. ¿Por qué se complace uno con el otro? Porque lo admite tal como es. Esta alegría es contagiosa también para el otro. La palabra que hay detrás es: “Sí”. Si al otro, sí a mí, sí a la situación, tal como es, y sí a la felicidad.
Claro que a veces se opone algo a la felicidad: cierta idea. Porque en nuestra sociedad hay que pagar por casi todo.
Muchos creen que no hay nada gratis, que todo se paga. Por eso empiezan a pagar también por su felicidad. En lugar de mirar al otro y complacerse con él, buscan su monedero para pagar con él la felicidad. Con eso, pronto pierden de vista al otro, y también dejan de advertir la presencia de la felicidad. Sólo conservan en la mano unas pocas monedas. Eso es entonces todo lo que queda del placer y la felicidad.
Hay en nosotros un impulso profundo que extrae su fuerza de la idea: he de pagar por todo lo que he recibido. Sobre todo por la felicidad. Pero cuando he pagado bastante, hace tiempo que la felicidad se ha desvanecido.
Esa idea de tener que pagar por todo existe también frente a Dios. Pagamos a Dios la felicidad regalada con grandes sacrificios y peregrinaciones y fundaciones y lo que sea. ¿Se complace él si le pagamos por ello?¿Le importa qué es lo que creemos estar pagando? Es una idea curiosa.
Hubo una vez en un cursillo mío uno que se había comprado un  Mercedes. Pero no le estaba permitido, era una felicidad demasiado grande para él. En su familia sólo se podía comprar Volkswagens, los viejos. Un día, en la autopista, alguien chocó contra su coche por detrás. Suspiró con alivio. Por fin había pagado su felicidad.
¿Os suena? Pasa todos los días. Algunos pagan todo el tiempo. Pagan por la felicidad y pagan por la culpa.
Por favor
Cuando el hombre ha ofendido a su mujer, por ejemplo con alguna observación malvada, le sabe mal y paga por ello. Hace que le vaya mal. Es decir que expía lo que ha hecho. ¿Cómo evitar una expiación así? Con una sola palabra.
Así que el hombre ha ofendido a su mujer. La ha desdeñado. Incluso ha olvidado su cumpleaños. Eso es muy grave. Algunos incluso olvidan el aniversario de boda. Entonces la mujer lo mira y está triste. ¿Qué hacer en este caso? ¿Debe expiarlo’ ¿Se ha de golpear el pecho? No. La mira y dice: “Por favor”, simplemente “por favor”. Lo lamento. “Por favor”. Entonces el corazón de ella se abre y la felicidad vuelve a tener una oportunidad.
Gracias
Ya he mencionado dos de las tres palabras mágicas para la felicidad “sí” y “por favor”. Aún queda una palabra especialmente bonita. Esta palabra es “gracias”. Simplemente “gracias”. En una relación de pareja hay cientos de ocasiones durante todo el día en que uno se alegra de algo y dice: “Gracias”. Mutuamente.
Así que éstas con las tres palabras mágicas para una relación de pareja feliz y realizada. De ellas podemos nutrirnos incluso cuando sobreviene algo difícil.

Hellinger, B. Felicidad que permanece, Gaia Ed., 2006, págs. 40-42

El tiempo es veloz- Mercedes Sosa David Lebon

domingo, 15 de septiembre de 2013

Está la puerta abierta

 
 
 
 
 
Está la puerta abierta,
la vida está esperando
con su eterno presente,
con lluvia o bajo el sol.

Está la puerta abierta,
juntemos nuestros sueños
para vencer al miedo
que nos empobreció.

La vida es encontrarnos,
para eso nacemos,
porque el punto más alto
es llegar al amor.

Y no hay amor de uno,
sólo hay amor de todos,
y por ese motivo
estamos hoy aquí.

Está la puerta abierta,
la vida está esperando
con su eterno presente,
con lluvia o bajo el sol.

Está la puerta abierta,
juntemos nuestros sueños
para vencer al miedo
que nos empobreció.

Iremos de uno en uno,
después de pueblo en pueblo
hasta rodear al mundo
con la misma canción.

Todas las cosas bellas
comenzaron cantando,
no olvides que tu madre
cantando te acunó.
Todas las cosas bellas
comenzaron cantando,
no olvides que tu madre
cantando te acunó.

martes, 27 de agosto de 2013

Mateando con la vida



Los libros de autoayuda que tanto abundan en el mercado, a pesar de provenir de distintas fuentes filosóficas y ofrecer la guía de corrientes psicológicas dispares, comparten una idea común repetida hasta el cansancio: “Todo depende de nosotros mismos, todo depende de nuestras decisiones”. El objetivo es claro: con esta convicción sentiremos mayor responsabilidad por nuestras decisiones, trataremos de que éstas sean las mejores, las que más favorecen nuestro desarrollo y plenitud, y la felicidad estará definitivamente al alcance de nuestras manos. Por otro lado nos libraremos de las influencias negativas de nuestro entorno y seremos autónomos de aquellas personas maliciosas que intentan manipular nuestros comportamientos. Óptima idea, pero me pregunto, ¿es realmente así?
Por otro lado una convicción tan drástica puede embargarnos de sentimientos de culpa cuando las cosas no funcionan bien. En mi consultorio de psicoterapeuta me encontré con muchas personas que acreditaban que sus enfermedades (sea un cáncer, un reumatismo o cualquier otra cosa) eran fruto de sus propias decisiones. El dolor de la enfermedad se agravaba con innecesarios sentimientos de culpa.
¿Somos de verdad los únicos responsables de nuestro crecimiento y destino? ¿O se trata simplemente de un slogan útil para nuestro desarrollo personal, pero que no resiste la mínima confrontación con la realidad?
Basta que hagamos memoria de las cosas que nos sucedieron la semana pasada para que tengamos que poner en discusión ésta, la máxima suprema de la autoayuda, “todo depende de nosotros”. Digámoslo abiertamente y aceptémoslo con una buena dosis de humildad: no sucede así en la vida real. Planifiqué salir a correr por el parque y me asomo a la ventana para ver que llueve con ganas; pensábamos ir a comer con mi esposa, y la menor de nuestras hijas tiene fiebre. Estamos cansados y queremos irnos a dormir temprano y esa tarde caen visitas.
Y no sólo nos llegan situaciones que nos arruinan los planes; otras veces, nos suceden cosas inesperadas y hasta no buscadas que mejoran nuestra vida. Por ejemplo, me ofrecieron un trabajo de unas horas semanales que me redondea el sueldo y sinceramente no esperaba. El día para el que desde meses estamos preparando una salida en familia, se presenta radiante. En este matear con la vida, a veces nos toca cebar y en otras ocasiones la rueda del mate la decide ella.

No todo lo bueno que nos pasa es mérito nuestro, hay cosas que nos vienen regaladas. No todo sufrimiento es culpa nuestra, ciertas desgracias nos tocan a nosotros como hubieran podido tocar a otros. Por lo tanto al lado de nuestros méritos y culpas hay regalos y pruebas. Esto pone en evidencia una capacidad que juntamente con nuestra voluntad y decisión es muy importante: nuestra actitud de acogida y de respuesta. No somos seres que voluntariamente deciden todo lo que les pasa. Estamos también llamados a recibir y responder a cosas que agradables, ingratas o neutras se nos van presentando en todo tiempo y que son como los mates que nos ceba la vida. Es verdad que aún allí hay una decisión que nos compete: ¿con cuál actitud aceptaremos ese mate?
Es cierto que el mate puede estar muy caliente, dulce cuando nos gusta amargo o digestivo y medicinal con hierbas aromáticas. ¿Diremos un distraído “no, gracias”?, ¿lo tomaremos sin disfrutarlo?
Cuando la vida nos ofrece algo bueno queda por definir cuánto hay de mérito nuestro y cuánto de regalo de la propia existencia o de otras personas. Si es un trago amargo el que nos toca asumir, cuánto de sufrimiento inocente y cuánto de culpa propia o de otros.
Y salvamos así la gran fuente de autonomía y libertad que tanto se busca en los libros de autoayuda: la relacionalidad. Una buena relacionalidad con Dios así como lo concebimos, o con realidades trascendentes, con los demás, con las cosas y con los acontecimientos nos permiten movernos conscientes de nuestro valor, de nuestros defectos y de aquellos privilegios que nos tocan simplemente por estar vivos. Y no perderemos ese sano realismo con nosotros y con las cosas, al que santa Teresa de Ávila llamaba el “andar en verdad”. 
Viktor Frankl, médico psiquiatra fundador de la escuela antropológica de la Logoterapia, pasó por el infierno de Auschwitz. Vivía en Viena durante el nazismo y como era judío, fueron perseguidos él y su familia. Un dolor inocente. Entre las cosas que más lo angustiaban estaba la posibilidad de que sus investigaciones sobre la psicología escritas en un libro no publicado se perdieran. Llevó el libro manuscrito escondido en el forro de su sobretodo. Pero en el campo de concentración la inhumanidad lo sorprendía en cada momento hasta lo indecible. Años después contó su experiencia en un libro llamado El hombre en busca de sentido. Allí se lee:
“Sucedió al abandonar mi ropa y heredar, a cambio, los harapos de un prisionero enviado a la cámara de gas nada más poner los pies en la estación de Auschwitz. En vez de las muchas páginas de mi libro encontré en el bolsillo de aquella andrajosa chaqueta una única página, arrancada de un libro de oraciones en hebreo, con la más sublime oración judía: Shema Israel. ¿Cómo interpretar esa “coincidencia” si no en términos de un desafío para vivir mis pensamientos en vez de limitarme a exponerlos en un papel?”La vida ofrece dolores, la vida regala cosas, pero en el fondo, como nos enseña Frankl desde la cátedra de la vivencia, se trata de desafíos. Tratemos de interpretar las “coincidencias”. No nos preguntemos sólo por el ¿qué hacer? sino también por el ¿qué me quiso decir? Distingamos luego nuestros méritos, los dones, los sufrimientos inocentes y los que poseen nuestra responsabilidad. Y entre la acogida y la respuesta tejamos nuestra historia. Si la vivimos así, la vida no será vana. Y ahora paso el mate.



Lic. Roberto Almada
Revista Ciudad Nueva, Nro 544

martes, 9 de julio de 2013

Enseñar sin palabras

Lo Inmanifestado penetra fácilmente en aquello que es impenetrable: debido a esto es que conozco el poder de la no-acción. 
Ser capaz de enseñar sin necesidad de pronunciar palabras y llevar a cabo las más grandes obras sin necesidad de actuar; esto es algo que muy poco seres humanos han llegado a comprender.


Lao Tsé
Tao Tê King
Capítulo 43

domingo, 2 de junio de 2013

Cuando un amigo se va

                                 
Cuando un amigo se va

queda un espacio vacío
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo.
cuando un amigo se va
queda un tizón encendido
que no se puede apagar
ni con las aguas de un río.
Cuando un amigo se va
una estrella se ha perdido
la que ilumina el lugar
donde hay un niño dormido.
Cuando un amigo se va
se detienen los caminos
y se empieza a revelar
el duende manso del vino.                                     


Cuando un amigo se va
queda un terreno baldío
que quiere el tiempo llenar
con las piedras del hastío.
Cuando un amigo se va
se queda un árbol caído
que ya no vuelve a brotar
porque el viento lo ha vencido.
Cuando un amigo se va
queda un espacio vacío
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo


.


jueves, 2 de mayo de 2013

Cabos sueltos

En nuestra vida hay unos cuantos cabos sueltos.    

Son temas en los que no nos enfocamos “por estar muy cansados”, “porque no es tan relevante”, “porque ya nos ocuparemos”, “porque tenemos otros problemas mayores” o porque suponemos que se irá resolviendo por sí solo sin mover ni un dedo (lo que no ha ocurrido hasta ahora y, por consiguiente, es probable que no suceda).
A estos cabos sueltos no les damos casi ninguna  importancia. No tenemos en cuenta que, por más pequeños que sean, van acumulándose sin que lo notemos, a veces llegan a entrelazarse y a formar marañas mucho más difíciles de manejar… Lógicamente, con el transcurso del tiempo, muchos de ellos llegan a conformar otro gran problema.
Que consideres que algo es irrelevante y “puede esperar” no ayuda a que te sientas en paz contigo mismo. Cada vez que elegimos no enfocarnos en una situación que requiere nuestra decisión, perdemos energía que bien podríamos estar empleando en su arreglo.
Por eso, te propongo que esta semana te dediques a “atar” cabos sueltos.
Elige algo que estabas posponiendo hacer o que consideres que ni vale la pena ocupar tu atención en ello ahora (por ejemplo: solucionar algo estructural pero secundario en tu casa -como una canilla [grifo] que gotea-, terminar de una vez aquel libro/proyecto/tarea que empezaste hace tiempo, pagar algo pendiente, encarar ciertos temas con tus hijos o con tu pareja que estuviste postergando para no desequilibrar la armonía familiar –pero que terminan desequilibrándote internamente-, pedir perdón, poner tu escritorio/tu habitación en orden, etc.)
Hallar maneras originales de resolver problemas y conflictos es, también, una cuestión de hábitos. Cuantas más situaciones secundarias resuelvas, más ideas innovadoras tendrás para abocarte a los asuntos más ásperos.
Además, al dedicarte a encontrarle una salida o un final a algo pendiente de menor relevancia, es muy probable que asuntos de mayor envergadura, que hasta ahora no sabías como manejar, comiencen a tener más claridad o, incluso, muten y se vuelvan más comprensibles y solucionables.
¿Qué cabo suelto intentarás atar esta semana?

Recuperado de www.mejoraemocional.com.ar

domingo, 21 de abril de 2013

Hermana duda


No tengo a quién rezarle
pidiendo luz,
ando tanteando el espacio a ciegas

No me malinterpreten
no estoy quejándome,
soy jardinero de mis dilemas

Hermana duda,
pasarán los años,
cambiarán las modas
vendrán otras guerras,
perderán los mismos
y ojalá que tú
sigas teniéndome a tiro,
pero esta noche,
hermana duda,
hermana duda,
dame un respiro.  
                                             

No tengo a quién culpar
que no sea yo
con mi reguero de cabos sueltos

No me malinterpreten,
lo llevo bien,
o por lo menos hago el intento.

Hermana duda,
pasarán los discos,
subirán las aguas,
cambiarán las crisis,
pagarán los mismos
y ojalá que tú
sigas mordiendo mi lengua,
pero esta noche,
hermana duda,
hermana duda,
dame una tregua.

Hermana duda,
pasarán los años,                                    
cambiarán las modas,
vendrán otras guerras,
perderán los mismos
y ojalá que tú
sigas teniéndome a tiro,
pero esta noche,
hermana duda,
sólo esta noche,
dame un respiro.









Jorge Drexler
 
 ,

domingo, 17 de marzo de 2013

El gobernante sabio

Cuando una nación es gobernada por sabios, el pueblo ni siquiera nota que está siendo gobernado.
Cuando es gobernada por hombres mediocres, éstos son loados o atacados.
Cuando son aún más bajos, son temidos.
Y, finalmente, cuando los que rigen son peores gobernantes, éstos son despreciados.
Ten presente que las grandes obras siempre nacen de la Fe. Si ella falta, nada sublime podrá ser logrado.
Y cuando ello sucede, los seres humanos recurren a palabras sin valor.

Lao Tse

Te quiero (Mario Benedetti)


lunes, 25 de febrero de 2013

Un buen viajero no deja huellas

Un buen viajero no deja huellas.
Un buen orador no comete errores .
Un buen calculista no necesita instrumentos de cálculo.
Un buen custorio no necesita barrotes ni cerrojos. Y sin embargo, es imposible abrir lo que él cerró.
Quien sabe atar no necesita de cuerdas ni de nudos. Sin embargo, es imposible desatar lo que él unió.
Sin embargo, aunque una persona comenta uno o más errores, jamás deberíamos rechazarla por ello..
El Sabio a nadie rechaza, por ello es buen salvador de almas.
El Sabio no rechaza a ningún ser, así, él es un buen protector de todos los seres.
Por esto es llamado doblemente iluminado.
Por lo tanto los buenos hombres, son los maestros de los hombres equivocados. Y los errados son moldeados por los hombres buenos.
Aquel que no venera a su Maestro, y aquel que no ama la posibilidad de hacer el bien, aunque sea muy inteligente estará confuso.
Esta es una verdad muy profunda y muy sútil.


Tao Tê King
Cap. 27 
Lao Tse

viernes, 15 de febrero de 2013

La soledad o el miedo a hallar lo que se busca

Hay gente que padece el estar sin pareja.
No sabe qué hacer con su vida en ciertos momentos y esto se profundiza los fines de semana y en eventos sociales.
Pero en realidad, ¿tendrán miedo a hallar lo que tanto desean?
Hace poco tiempo salió publicada esta nota en el diario La Nación, escrita por Miguel Espeche, que versa sobre el tema.
…….
Muchos son los solos y las solas en la ciudad. Muchos de ellos desean, o dicen desear, una pareja estable, alguien a quien querer y por quien ser queridos. En diferentes sintonías y códigos van por la vida en busca de una pareja que no siempre llega en tiempo y forma, por más que los ensayos sean muchos y variados. Es verdad que hay quienes prefieren buscar pareja a encontrarla. Buscan y buscan, pero nunca encuentran. Es que de encontrar a alguien que pudiera dar con el perfil de “pareja” quizá les vendría un gran susto, el susto del que encontró lo que buscaba y ahora teme perderlo.
Suponen que es menor el dolor de no encontrar lo que se anhela a encontrarlo y que la cuestión no funcione. Por experiencias pasadas en las que vivieron penas, desencuentros y abandonos, o por lo que se dice por ahí de lo que pasa con las parejas, encuentran temible al amor y sus circunstancias, por más que sueñen con él a diario.
Antes de que haya quejas, digamos que sí: existen los que no tienen pareja y no sólo no se quejan, sino que hacen militancia de su condición de solitarios. De ellos sólo podemos decir que existen y que negarían mil veces anhelar el amor de pareja, dada su disfrutada condición de lobos esteparios. No es por no poder, sino por no querer, dirán seguramente con razón, que no hay otro compartiendo su vida, y repetirán una y otra vez que “el buey solo bien se lame“.
En los fines de semana, sin embargo, la noche de la ciudad se puebla de la ambivalencia del “quiero, pero no“, la danza de los que se buscan, se miran, hasta se tocan, pero no siempre se encuentran, quizá porque no quieren de verdad el encuentro cercano, o, tal vez, aunque lo desean, una barrera invisible y a veces incomprensible se ubica frente a ellos, impidiendo esa intimidad tan temida: la emocional, esa que duele, y mucho, cuando es herida.
Es verdad, la intimidad que más temor genera es la emocional, mucho más que, por ejemplo, la física. Los cuerpos, por aquello de la modernidad, se pueden encontrar más asiduamente que en épocas muy anteriores a las nuestras, y de hecho ya a veces ese tipo de encuentro es tomado deportivamente. Pero las almas, digámoslo así sin temor a ser cursis, andan por ahí, solas, parapetadas por miedos disfrazados de otras cosas.
Modernosos o tangueros, cancheros o nerds, jovencitos o ya grandes y con varias historias encima, la fauna ciudadana, sobre todo al caer la noche, disfraza anhelos atávicos de intimidad para lanzarse al encuentro de lo que sea que mantenga viva la ilusión.
De día, sin embargo, los consultorios de psicólogos y afines se pueblan de soledades, sean éstas dolidas o no. En la mañana una treintañera se duele frente al psicoterapeuta por tanto desencuentro en su vida amorosa. Al atardecer, en el mismo sillón del mismo consultorio, un hombre, quizás una potencial pareja de la dama antes mencionada, se lamenta, en sus masculinos códigos, de lo mismo: de la dificultad de encontrar alguien que no sólo se acerque superficialmente, alguien que permita esa plenitud anhelada y, a la vez, temida.
Y así andan todos, libres de las dificultades del amor, ajenos al riesgo de perder, gozando quizás el torbellino del cortejo que llega “hasta allí” en lo que a afectos refiere- y está bien, sólo que a la larga la gente se cansa de la cuestión y, se sabe, lo lindo de emprender un viaje es tener un lugar al cual volver.
De lo social a la intimidad, de la intimidad a lo social. Es bueno salir y navegar diferentes aguas para conocerlas y, a través de ese conocimiento, conocerse a uno mismo. Pero sepamos que, tarde o temprano, la intimidad es el cobijo por todos (o casi todos) anhelado. Por eso, mejor perderle el miedo y aprender a cuidarse sin que ello implique parapetarse en la histeria o el corazón blindado. Es bueno saber que la soledad es una opción, no un destino marcado por el miedo a la pena y al desengaño, disfrazado de libertad.
 Del Blog "Mejora Emocional"

domingo, 13 de enero de 2013

Las cosas tienen movimiento





 


Muchas veces me pregunto: que estamos haciendo aca?
Dejo de pensar y veo que, al final,
siempre estaras, siempre estaras en mi.
He llegado a no escucharte,  tocar a fondo.
Tanta inmensidad, perdidos de verdad aqui;
y es que siempre estaras, siempre estaras en mi.
Una voz, como un sentimiento, como una cancion;
algo mas que me ayude a despertar,
a seguir, a no bajar la guardia, siempre a seguir,
no esperes, no te enseñan a vivir
.
Movimiento, las cosas tienen movimiento;
la oportunidad de estar en libertad
es que siempre estaras, siempre estaras en mi;
como un soplo, como una lluvia o como un rayo de luna
oxigenaras mi vida hasta estallar...
y es que siempre estaras, siempre estaras en mi.
Una voz, como un sentimiento, como una cancion;
algo mas que me ayude a despertar,
a seguir, a no bajar la guerdia, siempre a seguir,

 no esperes, no te enseñaré a vivir...


Letra: Fito Paez
Interpretes: Baglietto- Vittale

martes, 1 de enero de 2013

No te olvides






No te olvides del ayer
Porque el presente se mancha,
Queda embarrada la cancha
Y después para volver,
Cuando quieras recorrer

Porque el barrio siempre espera,
Algún sueño, una quimera,
Que el deseo, que el amor,
Puede sonar el tambor
Y lo oigas desde afuera.

No olvidarse no es penar,
No es arrastrar la cadena,
Ni vivir como condena
O que ese ayer fue lo más.
No es vivir de recordar,
Sino que sirva de puente
Y que nadie ya te cuente
Como se debe seguir,
Porque se debe elegir
Un camino solamente.


El camino tuvo inicio
Y compartiendo la ruta,
Comiendo la misma fruta,
Sacando placer del vicio,
Tu don también fue servicio,
Tu naturaleza bruta…
Por eso no hay que olvidarse
Y a veces hay que pararse,
Que de tanto galopar
El polvo suele engañar
Y el caballo desbocarse.

No te olvides del ayer,
Aunque tal vez haya suerte
Y pueda volver a verte
Para poder recorrer,
Recuperando el placer
Tal vez te abrace en la esquina
Y ya desde la banquina,
Te despida sin penar,
Sin dejar de recordar
Tu luz cuando haya neblina.


No te olvides del ayer…



Bersuit Vergarabat