domingo, 26 de septiembre de 2010

Bachata Rosa


 




Te regalo una rosa
la encontré en el camino
no sé si está desnuda
o tiene un solo vestido
no, no lo sé

si la riega el verano
o se embriaga de olvido
si alguna vez fue amada
o tiene amores escondidos

ay, ayayay, amor
eres la rosa que me da calor
eres el sueño de mi soledad
un letargo de azul
un eclipse de mar, pero...

ay, ayayay, amor
yo soy satélite y tú eres mi sol
un universo de agua mineral
un espacio de luz
que sólo llenas tú, ay amor

ayayayay...

te regalo mis manos
mis párpados caídos
el beso más profundo
el que se ahoga en un gemido, oh

te regalo un otoño
un día entre abril y junio
un rayo de ilusiones
un corazón al desnudo

ay, ayayay, amor
eres la rosa que me da calor
eres el sueño de mi soledad
un letargo de azul
un eclipse de mar, vida...

ay, ayayay, amor
yo soy satélite y tú eres mi sol
un universo de agua mineral
un espacio de luz
que sólo llenas tú, ay amor
Fuente: musica.com
Juan Luis Guerra

domingo, 5 de septiembre de 2010

Las enfermedades son de origen psíquico

Cuando la conciencia está fragmentada,
desencadena una guerra
en el sistema cuerpo-espíritu
Deepak Chopra



Sostengo que la enfermedad está provocada por un conflicto interior, por una oposición entre dos partes de sí: dos emociones contrarias (amar y odiar a una persona), dos valores que se entrechocan (gastar su dinero o dáselo a los pobres), dos actitudes (rebelarse contra su patrón o conservar el mismo puesto), dos deberes morales (ser fiel a su esposa o tener un amante), dos reacciones (desear vengarse o autocastigarse), etc.

No es raro que los conflictos interiores se agraven con motivo de circunstancias desgradaciadas como la pérdida de un ser querido, una gran decepción, una ofensa hiriente, la pérdida de su reputación, una ruptura afectiva, etc. En el duelo, en particular, se observa una tensión entre la resistencia a no dejarse llevar por las emociones y la necesidad de expresarlas; en el proceso del perdón, la persona está dividida entre el deseo de vengarse y el deseo de castigarse identificándose con el ofensor. Todos estos dramas de la existencia causan fragmentaciones del ser que se entrechocan y destruyen el equilibrio psiquico. A menudo, la enfermedad física sigue tales acontecimientos penosos. Es extraño que pocas veces se establezca el lazo entre la enfermedad y las situaciones traumitizantes.
El conflicto interior es una fuente de estrés. Los estudios sobre el estrés. Los estudios sobre el estrés tienen tendencia a dar importancia a los factores exteriores y a omitir los conflictos interiores. Cuandon la tensión de estos estresores internos aumenta en intensidad, engendra un estrés debilitantes, una zozobra. Debilita entre otras cosas el sistema inmunológico y hace que el organismo sea vulnerable a todo virus o microbio y, finalmente, a todas las enfermedades.  (...)
La situación  del enfermo  se complica cuando el conflicto se revela parcialmente inconsciente. Si hay una parte consciente que provoca una resistencia inconsciente, el enfermo no percibe el conflicto o el callejón sin salida en el cual está viviendo, pero lo siento bajo la forma de malestar, de angustia o de ansiedad. Por ejemplo, muchos desean curarse, pero inconscientemente no quieren renunciar a las ventajas secundarias que les trae la enfermedad: el descanso, la falta de responsabilidad, un pretexto para no sentirse culpable, una impotencia cultivada, etc...

Autoestima y cuidado del alma
Jean Mombourquette

Para pensar sobre nuestras enfermedades tanto del cuerpo como del alma.

Mónica

sábado, 4 de septiembre de 2010

Al rescate del dolor original



Muchas de nuestras conductas de adulto son lo que se denominan “regresiones espontáneas”, nos enfurecemos o castigamos a los otros, debido a que nos hemos tragado la ira y la  frustración  del modo que lo hemos aprendido de niños. A veces serán desahogos emocionales, alejamientos físicos, etc..., lo que generalmente nos deja aislados y avergonzados.
Cuando el desarrollo de un niño se frustra, cuando los sentimientos se reprimen, especialmente la ira y el dolor, ese niño se convertirá físicamente en adulto pero en su interior permanecerá aislado y herido. Ese niño herido contaminará espontáneamente la conducta de la persona adulta.
Puede parecer absurdo que un niño pueda seguir viviendo en un adulto, pero si ese niño herido es descuidado, es una fuente importante de dolor humano. Hasta que no reconozcamos el dolor original que generó nuestras heridas, seguiremos alterando y contaminando nuestra vida adulta.
Son variadas las manifestaciones en nuestra vida adulta de esta ira y frustración reprimida, en algunos puede ser directamente teniendo conductas ofensivas, la cual es una de las fuentes principales de la destrucción humana, aunque no siempre el resultado es la violencia, hay personas que se sienten superiores a los demás, pues piensan que la causa de sus problemas está en los otros. Otros serán complacientes con su entorno, camuflando de esta manera sus frustraciones e ira contenida.
Para ayudarnos en este tema, debemos comprender que la principal fuerza motivadora en la vida son las emociones. Son el combustible que nos mueve a defendernos y a satisfacer nuestras necesidades básicas.
Una de las maneras de superar estos desórdenes que contaminan nuestra vida es mediante el rescate de los sentimientos. La vergüenza suele ser en ocasiones una emoción dominante y cuando sentimos ira o dolor por una frustración, a su vez sentimos vergüenza, que para algunos autores en como una emoción auxiliar.
Es por esto que cuando experimentamos emociones, entramos en contacto directo con nuestra realidad física, y como éstas son una forma de energía, se expresan en el organismo antes que nos percatemos conscientemente de que están allí. Son nuestras más grandes facultades y las tenemos que cuidar. Cuando una de nuestras necesidades básicas se ve amenazada, nuestra energía emocional nos lo hace notar.
Pero muchas veces nuestro niño interior está lleno de energía no resuelta, de historias familiares donde estaba prohibido sentir, y la expresión estaba vedada.
El rescate del dolor original pretende reexperimentar estos traumas iniciales y expresar emociones reprimidas. Una vez que esto se logra, la persona ya no tiene que actuar ni interior ni exteriormente las emociones reprimidas.
Será cuestión de aprender a rescatarnos.