domingo, 31 de julio de 2011

Todo puede decirse...

...siempre que se sepa decir. Siempre que se ame lo suficiente a la verdad y a la persona a quien se la decimos, que se embardune de caridad y de cortesía... es tan importante el modo en que se dice la verdad como la verdad misma. Y puede asegurarse que de cada diez veces que una verdad es rechazada, tal vez dos o tres lo sea porque quien la escucha no quiere recibirla, pero ocho al menos lo es porque quien la dice trata de imponerla por la fuerza o de manejarla sin el suficiente amor. Una verdad tiene que encontrar el "momento" para ser dicha; el "tono" en que es servida; el "tiempo" necesario para dejarla que madure en el alma del oyente; la "sonrisa" que le sirva de introducción... hay que atreverse a decir la verdad entera, es decir, sin añadirle el placer de hacer daño. Porque si lo que queremos con nuestras razones es aplastar, imponer, demostrar qué listos somos, ¿qué esperanza tendremos de que alguien nos abra las puertas de su comprensión?" Martín Descalzo

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