martes, 19 de julio de 2011

La Loba (continuación)



Todos iniciamos nuestra andadura como un saco de huesos perdido en algún
lugar del desierto, un esqueleto desmontado, oculto bajo la arena. Nuestra
misión es recuperar las distintas piezas. Un proceso muy minucioso que conviene
llevar a cabo cuando las sombras son apropiadas, pues hay que buscar mucho.
La Loba nos enseña lo que tenemos que buscar, la fuerza indestructible de la vida,
los huesos.
La tarea de La Loba se podría considerar un cuento milagro, pues nos
muestra lo que puede ser beneficioso para el alma. Es un cuento de resurrección
acerca de la conexión subterránea con la Mujer Salvaje. Nos promete que, si cantamos
la canción, podremos conjurar los restos psíquicos del alma salvaje y devolverle
su forma vital por medio de nuestro canto.
La Loba canta sobre los huesos que ha recogido. Cantar significa utilizar la
voz del alma. Significa decir la verdad acerca del propio Poder y la propia necesidad,
infundir alma a lo que está enfermo o necesita recuperarse. Y eso se hace
descendiendo a las mayores profundidades del amor y del sentimiento hasta conseguir
que el deseo de relación con el Yo salvaje se desborde para poder hablar
con la propia alma desde este estado de ánimo. Eso es cantar sobre los huesos.
No podemos cometer el error de intentar obtener de un amante este gran sentimiento
de amor, pues el esfuerzo femenino de descubrir y cantar el himno de la
creación es una tarea solitaria, una tarea que se cumple en el desierto de la psique.
C l a r i s s a P i n k o l a E s t é s
M u j e r e s  q u e  c o r r e n  c o n  l o s  l o b o s
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