sábado, 27 de marzo de 2010

Permitirse el duelo


Lic. Melina De Mare
Miembro del Staff de MEDICAL ACCESS

 Les comparto este artículo que me pareció sencillo e interesante a la vez en cuanto a la manera de explicar los procesos de duelo.
Moni


La palabra “duelo” deriva de “dolo”, que significa “dolor”.
Es dolor aquello que sentimos frente a cualquier tipo de pérdida, generalmente ante la pérdida del amor. Amor de pareja, amor de padres, amor de amigos, amores en fin.
Todo vínculo con el mundo exterior requiere de nuestras energías yoicas para sostenerse, debido a lo cual el Yo queda ciertamente debilitado pero sostenido por esa relación. Cuando ésta se disuelve, el Yo entra en un estado de desvalimiento psíquico que lo torna muy débil.
¿Pero qué sucede cuando aquella persona a quien dirigíamos nuestro amor, ya no está por diversos motivos?
Toda la energía que habíamos dirigido hacia ese lugar, que en términos psicológicos se denomina libido, va a ser retirada, recogida y redirigida hacia nuestro Yo, con el fin de llevar a cabo el duelo. Es así como el Yo, debilitado por la angustia que le genera dicho estado, utiliza esa libido para recomponerse.
A esta altura, el Yo se ha vuelto regresivo, narcisista, interesado solamente en su recuperación, por lo que la persona comienza a retraerse y se siente ensimismada, desinteresada por lo que sucede a su alrededor.
Se generan serias dificultades para concentrarse y atender a estímulos externos, por lo que generalmente disminuye el rendimiento en sus actividades diarias. La persona se siente abúlica, es decir, desganada y sin voluntad para llevar a cabo sus tareas cotidianas, así como para participar de reuniones o eventos sociales.
Durante este tiempo, la angustia aumenta notablemente, volviéndose insoportable para el Yo. Es así como muchas personas, gracias a la culturalización de los tratamientos psicológicos, recurren a una terapia, con el fin de disminuir la angustia que los aqueja.
En primer lugar, el paciente deberá comprender que necesita tiempo para llevar a cabo el proceso del duelo. Un tiempo que parece infinito, pero sumamente necesario para transitarlo.
En segundo lugar, deberá asumir dicho duelo como propio, comprendiendo que sólo él puede y debe vivirlo.
El duelo, merece ser vivido como tal. La persona debe permitirse vivenciar el duelo como parte del proceso normal de recuperación y cambiar el concepto sobre el mismo. Comenzar a pensarlo desde la salud, no desde la enfermedad, para que este duelo no se convierta en un estado patológico del sujeto, quien entonces aprenderá a vivir con él como compañero de vida.
Es así como durante el tratamiento psicológico, el Yo comenzará de a poco a reinvestir con sus energías, con su libido, los objetos del mundo exterior y el sujeto retomará actividades, elevará su nivel de rendimiento y creará y restablecerá vínculos externos.
El sujeto finalmente comprenderá que permitirse el duelo, es la única salida posible frente a esta situación. 
www.medicalaccess.com.ar
Todos los derechos reservados a Medical Access - Copyright ® 2009

2 comentarios:

  1. Lindo artículo Moni, me sorprende cada vez más la capacidad del ser humano de protegerse y reinventarse. A la luz de la fe es una linda contemplación.
    Un beso grande

    ResponderEliminar
  2. Si, yo también cuando lo leí como telón de fondo me acompañaba esta época del año. Cuánto más los que nos decimos creyentes deberíamos confiar en el poder de la Resurrección. Gracias Vicky

    ResponderEliminar