viernes, 4 de diciembre de 2009

Por un minuto de amor


Cerrando el año con mis alumnos de cuarto y quinto año, fue enriquecedora la experiencia de sus trabajos integradores. En quinto  tenían que presentar un informe sobre algún autor de filosofía que hayan leído. Uno de ellos cautivó la atención de todos sus compañeros, cuando comentó haber leído "Lyotard y lo inhumano" de Stuart Sim. En el mismo se hace una reflexión sobre la expansión de la informática e internet, y como somos capturados por el sistema. Paradojicamente yo estoy usando de esta herramienta en un blog que muchas veces no sé quien lo lee o si interesa lo que pienso.  Sólo sé que alguien entró, vaya a saber uno porqué.
Lo llamativo del tema, es la perversidad con que esto avanza, hasta el punto de ser un sistema al que nos adaptamos o quedamos fuera. No hay opción ante su avance. Aquella persona que decide no adherirse, no puede. Con los chicos reflexionabamos que ante un nuevo puesto laboral, se nos pide número de celular, dirección de mail, etc.., una vez que entramos a trabajar, nuestros sueldos son depositados en cajas de ahorro, donde si o sí, debemos aprender a manejar un cajero electrónico., si queremos tenerlo.  Yendo a otros planos, existen tareas que antes la realizaba una persona, y  actualmente se es reemplazado por la tecnología, como el acceso a cuentas bancarias por internet, con el fin de ahorrar tiempos. Y fue aquí donde llegamos a un punto interesante: se supone que la tecnología está al servicio de las personas para facilitarnos tareas, a fin de agilizar y abreviar tiempos, entonces apareció en cuestión una frase a la que muchos somos adeptos, "no tengo tiempo". Nos regalan tiempos y nosotros no los tenemos. Existe en Buenos Aires, varias propagandas, donde aparecen puestas en escena,  muchas de nuestras mentiras,: "todo bien" o ....¿querés que te cuente?; " a ver si antes de fin de año nos juntamos, ¿eh?
En  cuarto, otro de los alumnos hizo una monografía sobre las socioadicciones. Es decir, adicciones cuyo origen no son químicas, como las drogas, pero que  se encuentran en las redes sociales que establece la internet. Tenemos infinidad de redes sociales, "amigos" cibernéticos por todas partes, "contactos".
Pero muchas veces escucho la soledad de mis alumnos y de las personas, cuando dicen frases como "prendí la compu para ver si  había alguien conectado".
No sé donde nos llevarán todos estos adelantos tecnológicos, de los cuales no soy enemiga, pero si estoy convencida que es una herramienta. Es más, si me remito a los orígenes de la filosofía, la techné correspondía a aquellos que realizaban oficios de menor calidad.
Sólo que todo esto me lleva a pensar en el aislamiento,  el individualismo y del debilitamiento de vínculos  auténticos, que la tecnología trae
Sino para que se prende la compu y ver si hay alguien conectado. ¿Será por un minuto de amor?

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